Es noche de domingo y tu aparato reproductor masculino lo sabe, es noche de derramar tu semilla en la intimidad de tu habitación, de vertir tu mies sobre la superficie de tu ropa interior y de disfrutar las sensaciones que estoy a punto de transmitirte, solo necesito una cosa y es que antes de continuar tu lectura sexual bíblica, debes abrir tu corazón y que le transmitas pulsaciones a tu erección para mantener a tu miembro sagrado, todo el tiempo palpitante. ¿Ya tienes papel o algún calcetín cerca? Comencemos.
Como algunos se dieron cuenta, el pasado sábado 15 de junio de 2024, realizamos la primera reunión de hombres, llamada: El Club de los 33. Le puse ese nombre porque será la reunión trimestral que realizaremos en las instalaciones de nuestro templo de relajación 4 noches al año, que servirá como espacio seguro de experimentación, enfermizo esparcimiento y de morbo entre los asistentes. Es un club de caballeros, pensado para despertar los instintos sexuales entre los asistentes y experimentar nuevas formas de saciar la sed de curiosidad y sexualidad.
¿En qué consiste? Pues básicamente los asistentes tienen espacio abierto en todas las áreas del apartamento, que permanecen a oscuras, sala, terraza, cabinas de masaje, dormitorios, baños, pasillos y demás amenidades. En cada una de estas instancias, se puede morbosear y realizar actos sexuales entre los asistentes que estén de acuerdo en realizarlos.
A eso de las 7:00 p.m. Llegó el primer asistente, se sentó en la sala, le entregamos su bebida de cortesía y estuvo ahí, viéndonos a los del staff que estábamos pendientes de dar el mejor servicio a los asistentes, nosotros por lo general no participamos porque estamos en todo momento pendientes de la logística, unos minutos después comenzaron a llegar los demás, a eso de las 8:00 p.m. ya teníamos alrededor de 12 asistentes, el resto fueron llegando a lo largo de la noche, los presentes, estaban un poco tímidos al inicio pero lo mejor estaba por iniciar.
Uno de ellos solicitó servicio de masaje y se fue a encerrar a una habitación con uno de nuestros masajistas y cuando él se levantó, los demás comenzaron a inspeccionar las habitaciones y comenzar a ver entre ellos que se podían hacer, yo entraba a las habitaciones cada cierto tiempo, a verificar que todo estuviera en orden y a aplicar aroma para evitar malas sensaciones olfativas.
La primera interacción potente que vi, fue un joven de unos 23 años, succionando a un caballero que pasaba los 40, ambos gimiendo y disfrutando de placer, por un momento di una vuelta por la terraza y había acción, un beso de tres y la agitación de sus miembros, fue realmente una situación cómodamente morbosa que muchos de los asistentes fueron a vivir. Entre topes, eyaculaciones y penetraciones, algunos se iban y otros llegaban, era una tensión muy potente entre varones, el pasillo siempre tenía asistentes, y al pasar sentías la vibra, los roces y los toques indirectos de ellos hacia mí, en mas de alguna ocasión presencié un 69 y otro grupo de penetradores que estaban trabajando a un pasivo, en fin cada uno tuvo su experiencia, pero en esta ocasión te contaré la mía.
Pasadas las 12, terminé un servicio de masaje, el único que di durante la noche porque estaba muy pendiente de la logística y la atención al cliente, quedaban un par de asistentes y tres que llegaron casi juntos y a esa hora, a uno de ellos le expliqué que la mayoría ya se habían ido, que si le interesaba mejor un servicio de masaje, dijo que sí y lo fui a encerrar con el masajista, el segundo se quedó ahí, rondando las instalaciones sin camisa y con su cerveza en mano y el tercero salió a la terraza con un cigarro. Era un caballero de porte alto, doble, blanco, muy masculino, barbado, pelón y con la ropa marcada al cuerpo.
Salí minutos después a ofrecerle su bebida de cortesía, ya estaba recostado sobre el balcón viendo hacia dentro, me vio fijamente y automáticamente sentí tensión en el ambiente, sonreí y bajé mi mirada disimuladamente hacia su entrepierna , noté su miembro viril en movimiento y constante crecimiento, pregunté si deseaba su bebida, afirmó con la cabeza y cuando estuve de regreso y me acerqué a entregársela, tomó mi mano y me acercó a él, en ese momento sentí su miembro vibrar sobre el mío, seguidamente me despertó el deseo que había estado acumulando durante la noche, estando justo frente a él, le respiré en sus labios, absorbí su aliento a cigarrillo y probamos nuestros labios en un momento largo y maravillosamente inquietante, el ambiente era el adecuado, lluvia, frío, cuerpos en calor y la maquinaria en el punto necesario para la eyaculación.
Entre besos y agarrones, bajé mi mano hasta su trozo, abrí su cierre y saque su miembro erecto, era corto pero ancho, fácilmente desgarra cualquier ano por la dimensión de su diámetro, era curvo hacia la derecha, circuncidado y carnoso, yo se lo apretaba mucho, en lo que él sacaba el mío, una vez fuera, bajó de inmediato, se puso de rodillas y comenzó a succionar con agilidad y experiencia, uno de los mejores orales que alguien me había dado, movía su lengua con destreza, mordía y soltaba. Realizó esta práctica en varias ocasiones y luego subió a continuar los besos que dejó a medias.
Mientras eso pasaba, abrí los botones de su camisa y bajé a alimentarme de la leche de sus pezones, que estaban recubiertos de vello varonil, le quité por completo la camisa y levanté sus brazos, para absorber el aroma de sus axilas transpiradas, que emanaban sabor de hombre y mientras yo me alimentaba de él, él se agitaba con fuerza con una de sus manos, yo lo hacía también, en eso me levanté y le dije al oído que nos corriéramos al mismo tiempo, que me avisara para hacerlo de inmediato yo también y así fue.
Me dijo que ya casi, mientras yo me agitaba y le practicaba un oral de respeto, y en el instante que sentí la explosión dentro de mí, exploté yo también sobre uno de sus zapatos, escupí por el balcón, le di un beso final, nos guardamos las herramientas y cada uno regreso al espacio inicial del encuentro culposo. Yo a mis actividades administrativas y él a seguir morboseando con el asistente errante que yacía en el espacio sin camisa y con la necesidad de eyacular también.
Atte. Mateo Núñez
RELATO 0002 | TEMPORADA IV
No cabe duda de q lo bueno. siempre, se hace esperar. y esta historia es una de esa. definitivamente. no hay duda de q eres el mejor contándonos. Tus relatos. miestras lo leía me imaginaba tu voz en mi mrnte y al mismo tiempo mi miembro saltando de exitacion total