Y aquí estamos, con fervor y en este blog un domingo más, para degustar el relato extranjero de la noche. Los he reunido aquí, en torno a este texto, para que juntos, tú, ustedes y yo, nos exprimamos el placer que llevamos acumulado a través de la fantasía y la imaginación, que son las herramientas principales, para deleitarte con este profundo, descriptivo y ferviente relato pasional, entre el extranjero norteamericano y yo, un latino promedio con todo el placer por ofrecer.
Sucedió el pasado domingo 13 de agosto, como es costumbre de Chanan Grayson, escribe los domingos por la tarde, para solicitar su respectivo servicio a domicilio, era la tercera visita que yo realizaba en su casa, recuerdo muy bien la primera vez que nos escribió y consultó por el servicio a domicilio, le indicamos que sí damos el servicio pero únicamente en hoteles capitalinos, residencias o apartamentos en zonas como Santa Elena, Antiguo y Nuevo Cuscatlán, Escalón o Santa Tecla, no vamos a auto hoteles, ni hostales. La empresa nos da el transporte que nos espera durante el servicio y nos lleva de regreso a las instalaciones de nuestro Templo de la Relajación.
Habiendo aclarado el punto, regreso a la conversación (en inglés) con Chanan, nos envió la ubicación y efectivamente estaba dentro de las zonas de cobertura, era en Portal del Casco, ubicada cerca de los centros comerciales de Antiguo Cuscatlán, una residencia ostentosa y a la vez acogedora. En mi primera visita de domingo, el mes pasado, me dio un recorrido por la casa, me mostró su estudio y las habitaciones, me contó que tiene un cargo importante en la ONU y estos meses estará trabajando un proyecto aquí en El Salvador.
Cuando conocí a Chanan, me agradó mucho, a pesar de ser un tipo joven, era muy amable y centrado, con una gran sonrisa en su rostro, tez blanca, cuerpo delgado y ojos color celeste, su cabello un poco escaso pero café claro, más alto que yo, le calculé unos dos metros aproximadamente. Durante la primera visita, conversamos, yo practiqué mi inglés y él practicó su español, después, pasamos a la parte del masaje relajante, sin erecciones y una profunda relajación, una vez terminamos, pagó el servicio, adjuntó la propina a parte y me ofreció una bebida fría. Finalizaron los 50 minutos y me dispuse a retirarme.
En la segunda visita, cambiamos de habitación, era una habitación un poco más reducida, pero más oscura, usamos sus velas aromáticas y la música relajante que él había elegido en su dispositivo, esta vez, si hubo una sutil erección por parte de ambos y el único suceso a destacar, fue que cuando estaba sobre él y los dos sentíamos el placer en la punta de la virilidad, yo lo friccioné con mucha fuerza, mi pelvis contra la suya, yo encima y mi miembro erecto deslizando sobre el suyo, acerqué mis labios a su boca y la respiración de ambos estaba muy acelerada, en ese momento no pudo contenerse, me besó con deseo y profunda pasión, que de repente lo sentí correrse, una vertiente caliente y pegajosa, había salido de su ropa interior, atravesó la mía y mi miembro aun punzante, se había llenado de su semilla vital. Me hubiera encantado eyacular, pero preferí no incomodarlo, guardé mis cosas y me retiré con el mismo ritual que la primera vez.
Pero, la tercera visita ha sido hasta el momento la más intensa, profunda y placentera, llegué puntual, me hizo pasar pero me dijo que lo esperara un momento en la sala, tenía una foto familiar con su esposo y dos enormes hijos perrunos, me contó que él y su pareja a veces pasaban jornadas largas sin estar juntos por su tipo de trabajo, pero que él estaba enterado de mis visitas y que si le permitía una breve llamada durante el servicio, para que su pareja lo escuchara disfrutar el placer de la relajación, le dije que no tenía problema si no habría uso de imágenes, por mi seguridad, me dijo que no y comenzamos.
Había solicitado tres servicios, depilación anal y pélvica, y al final el masaje tántrico. Primero realicé ambas depilaciones con nuestros productos de la casa, cuando apliqué la crema en sus glúteos y ano, le noté un tono rosado suave, con escaso vello, bien cerrado y muy limpio, no puedo mentirte, se veía sumamente delicioso y mientras estaba aplicando el producto, yo estaba al mil con la erección, me calmé, lo dejé reposar los 30 minutos y lo mandé a tomar un baño, cuando salió de la ducha estaba un poco húmedo, a lo que contribuí con mi ayuda para dejarlo seco, pasando la toalla por su espalda, piernas y abdomen.
Le indiqué que se acostara porque íbamos a dar inicio al masaje, como dato curioso, mi erección no había bajado desde que estaba aplicando la crema depilatoria, una vez lo tenía boca abajo, vulnerable y disponible para mí, comencé mi labor, y con suavidad después de masajear su espalda, ya tenía un dedo cerca de su ano, cuando yo me situé ahí, él arqueó sus espalda y levantó los glúteos, fue ahí donde supe que podía proceder.
Preparé mi lengua y comencé un apasionado beso negro de respeto, empujaba su ano con mi lengua, muy hacia adentro, mi lengua no es tan larga ni está tan bien ejercitada, pero era trabajo honesto, estaba poniendo todo de mi parte para dilatar sin necesidad de usar mis manos, yo respiraba su delicioso olor a culo, mientras mis manos agitaban su erecto miembro. Rosaba mi barba e introducía mi lengua, una y otra vez, en ese momento realizó la llamada previamente acordada, ese hombre gemía y gritaba, en inglés y en español, su disfrute era tal, que puso en altavoz a su hombre, quien se oía que estaba dándose placer al mismo tiempo que nosotros, se decían cosas sucias y placenteras en ambos idiomas y eso más me prendía, mi mano izquierda estaba en su glúteo izquierdo, apretando y golpeando, mi boca, mi lengua y mi nariz estaban posicionadas en primera fila justo en su aterciopelado y rosado booty extranjero, y mi mano derecha en su delgado pero muy bien posicionado miembro, carnoso, blanco y circuncidado, yo estaba ahí, disfrutando una tremenda relajación al paciente importado y ellos disfrutando su intimidad a la distancia.
Hubo un momento en que ambos estaban más agitados, yo necesitaba una tercera mano que me ayudara con mi propensa expulsión, únicamente me ayudaba de almohadas, que me provocaban poca y a veces mucha fricción, pero mi misión era hacer que Chanan expulsara con rotundo placer. Aceleré la agitación de su miembro y la intensidad en el movimiento de mi lengua, aun lo recuerdo, era hacia arriba, hacia abajo y hacia adentro, una y otra vez, círculos y adentro, una y otra vez ,mientras agitaba su miembro tenso y a punto de explotar, repetí los pasos por un par de minutos y ambos gritaron, habían eyaculado, en ese momento sentí en mi mano caliente y ligosa llena de proteína americana, lo cual al sentirla, me provocó expulsar mi potente eyaculación latina. Y justo después de tremendo éxtasis, ambos caímos en cama, uno encima del otro, como dos cuerpos que habían conectado en tremenda práctica con clímax incluido.
Antes de salir, le pedí permiso para escribir el relato, esperaré al próximo domingo que me toca visitarle, para tener su tan esperada y aclamada opinión. Te agradezco por acompañarme en este relato, más noche lo leeré de nuevo y te acompañaré con otra paja, leyendo y recordando ese delicioso trozo de carne con green card incluida.
Atte. Mateo
RELATO 0006 | TEMPORADA III
Me encanto
Es que yo soy un bellaco, es que yo soy un atrevido, y hace tiempo que quiero chingar contigo.
Woow
Que rico momento