Nuevamente estamos juntos para compartir emociones pélvicas. Tú leerás esta historia, la noche del domingo 10 de septiembre de 2023, mientras yo la escribo una noche antes, desde la Zona 4 en Ciudad de Guatemala, donde hicimos nuestra cuarta visita en lo que va del año, para satisfacer las necesidades fisiológicas de quienes a eyaculaciones, pedían nuestros servicios exclusivos de relajación total y parcial.
Del Universo del Zen Spa, llegamos al pueblo Chapín a estremecer cuerpos estresados, tensos y con sus extremidades cavernosas a punto de explotar. Atendimos veintiún pacientes en total, pero la experiencia en específico de uno de ellos, es la que estás a punto de conocer.
En visitas anteriores hemos visitado la hermana República de Guatemala, Ezequiel y yo, hemos atendido a pacientes para servicio privado y también a los que nos solicitan -por morbo- que los grabemos para OnlyFans, pero en esta ocasión y por motivos personales, Ezequiel no pudo asistir.
El viaje estaba agendado para que únicamente asistiera yo, sin embargo, dos días antes y en vista que la agenda estaba llena, de viernes y sábado, invitamos a Carlos a que asistiera conmigo, para encargarse de la logística de las citas y de acompañar a la entrada y salida a los pacientes que religiosa y puntualmente han asistido a su citas expulsativas.
A nuestro protagonista de hoy le llamaremos Abdul Gutiérrez, un caballero de piel blanca, asistió puntual, peinado y perfumado, le calculo unos 48 años, es un hombre de negocios que anteriormente había degustado nuestros servicios en El Salvador. Pero, esta vez nos solicitó un masaje a cuatro manos, y como masajista de relajación total únicamente estaba yo disponible, le explicamos y optó por un tántrico.
Llegada la hora de la cita, Carlos bajó por él al lobby de donde estamos hospedados y lo trajo hasta la cabina de la relajación donde yo ya estaba listo. El paciente entró, lo instalé y lo preparé para el masaje, ya estando instalado me dijo: yo solicité un cuatro manos y me dijeron que solo un masajista estaba disponible, pero, ¿Y tú amigo no querrá venir a ver aunque sea?
Yo me sorprendí con la propuesta y le expliqué que Carlos es quien nos administra las citas, y por su condición de heterosexual, en caso estuviera de acuerdo en ayudarnos con el masaje a cuatro manos, no tocaría ninguna de sus partes íntimas, usted no podría tocarlo y tampoco él se retiraría las prendas de vestir, únicamente trabajaría la relajación de sus extremidades.
A lo que el paciente me dijo que estaba perfecto, que lo incluyéramos en el servicio, que siempre había querido sentirse observado por un heterosexual. De inmediato, salí de la habitación, hablé con Carlos y nos pusimos de acuerdo en el servicio que estábamos a punto de realizar.
Carlos ha recibido el entrenamiento como masajista, sin embargo, nunca había realizado un masaje como sucedió esta vez.
Iniciamos el masaje en la espalda, Carlos optó por trabajar los antebrazos y los pies, yo me encargué de los puntos erógenos, realicé el proceso del calentamiento desde su ano, pasando por el perineo y llegando hasta su glande, una y otra vez.
Su perineo ya se sentía con pulsaciones muy fuertes, con la mirada le indiqué a Carlos que trabajaríamos la parte frontal, le indicamos al paciente y cuando se dio vuelta, ¡Vaya sorpresa! Su miembro estaba sumamente erecto, delicadamente situado en el eje del cuerpo de Abdul, con poco movimiento y una erección prolongada, era un pene para nada común, muy bien formado, rosado y circuncidado, con sus testículos en su punto y en proceso de palpitación.
Carlos continuó masajeando sus brazos, axilas y finalmente aterrizó en sus pezones. Cabe destacar que Abdul es un paciente ideal, no te toca, no se mueve, no te habla, no se queja, solo disfruta el proceso de principio a fin y eso estaba pasando. Me recosté cerca de su miembro en mención y comencé a masajear con suavidad, se me hacía agua la boca, de verlo tan cerca y sentirlo tan grande entre mis dos manos.
Manos grandes que se veían pequeñas a la par de semejante juguete demoledor, mis manos parecían extremidades de canino tomando un juguete delicioso con sabor a snack, fue el comentario que Carlos me hizo al haber finalizado ese maravilloso proceso de deslechamiento.
Una vez yo estaba en posición y armado de mis manos, comencé a agitar y a respirar ese aroma varonil y masculino, mezclado con fluidos de hombre a punto de correrse. En ese momento Abdul abrió los ojos, me veía con deseo, disfrutaba la presencia de Carlos y sus frotaciones mágicas, con su mirada me pedía a gritos probarlo, sentir mi delicada lengua sobre su exquisito glande en movimiento.
En ese momento me dije: ¿Quién soy yo para negarme? Al paciente lo que pida, abrí mis labios e introduje suavemente su miembro en mi boca, fue un oral de respeto, mientras él me sentía y trababa su mirada, yo estaba seguro que veía las estrellas con los ojos cerrados, me vio una última vez y se dejó caer sobre la almohada, dio un grito en forma de suspiro fuerte y en ese momento, Carlos y yo nos volvimos a ver y entendimos que estaba a punto de hacer brotar la semilla desde lo más profundo de su interior.
Yo aceleré los movimientos bucales y Carlos intensificó el masaje en los pezones, lo tomé de ambas manos y seguí, las pulsaciones aumentaban y mi boca estaba lista para recibir su energía vital, hice garganta profunda y con mi lengua acariciaba su glande y el cuerpo cavernoso, finalmente suspiró y sentí dentro de mi boca la explosión, caliente y pegajosa, que brotaba de lo más profundo de su ser, me quedé quieto para evitar la incomodidad post eyaculación, hasta que la erección comenzara a bajar, disfruté tanto mezclar y enjuagar mis dientes con la proteína chapina que acababa de recibir.
Carlos salió de la habitación, lo limpié, lo vestí, pagó y se marchó. Estamos seguros que lo disfrutó muchísimo. Y a partir de ese momento, Carlos estará disponible para el servicio únicamente de relajación, de acompañamiento o de observación, ya que muchos pacientes consultaron por esa novedad.
Atte. Mateo
RELATO 0009 | TEMPORADA III
Yo recibí un cuatro manos y si estuvo loco.
Yo quiero asi