Evaluación gratis

por | Mar 28, 2022 | TEMPORADA II | 0 Comentarios

Hoy es noche de domingo y ¿Adivina qué? Es noche de relato. Y como cultura general te cuento que este relato incluye efectos masturbativos con orgasmos placenteros, así que lo menos que puedo esperar es que tu kit eyaculatorio esté al alcance de tu mano y que tu corazón esté latiendo al mil, si a eso le puedes agregar un poco de sudor helado, creo que estamos en sintonía.

Empecemos.

Todo comienza con la visita de Edward a nuestro templo de la relajación, el pasado viernes 4 de marzo, eran cerca de las 12 del medio día y recién se retiraba el paciente de las 11:00 a.m., cuando escuché sonar el timbre, de inmediato aceleré la desinfección de nuestra suite número uno, encendí las velas, hice sonar la música de relajación y me desplacé hasta la entrada para hacerlo pasar.

Y vaya sorpresa, yo mido 1.83 m de altura, por lo general conozco pocos caballeros que sobrepasen mi estatura, pero Edward medía aproximadamente 1.93 m, un tipo corpulento, musculoso, sin cabello, barbado. Usaba pantalón de vestir, camisa manga larga arrollada al ante brazo color blanco y una corbata que le acentuaba muy bien, saludó y lo hice pasar. Noté que caminaba con dificultad, le ayudé de inmediato a dirigirse a la camilla, puso su brazo sobre mi hombro y sentí su enorme fuerza sobre mi frágil cuerpo (lo de frágil es sarcasmo, porque efectivamente es mucho más doble que yo), me explicó que el domingo anterior a su visita lo había lesionado del muslo un balón de fútbol y que si antes del masaje podía evaluar su pierna.

Y claro que lo hice, esos favores no se le pueden negar a un colega que presenta dificultades en esa zona como probablemente podría sucederme a mí. Le dije que con gusto le ayudaría, doblé mis rodillas de inmediato ante él y comencé a verificar la zona, noté que le dolía mucho, aun con la ropa puesta verifiqué su espalda, axilas, procuré olerlas sin que lo notara, era un aroma a hombre muy intenso que llenaba toda la habitación, y cómo no sería así, si su brazo era dos veces el mío, después toqué su abdomen, moría por recostarme ahí, pero continué y regresé de nuevo a su pantalón.

Estaba ahí, hincado frente a su trozo, por mi sensibilidad olfativa podía sentir el aroma a miembro viril que brotaba de entre el zíper y la tela de su prenda, seguí inspeccionando y vaya sorpresa, noté que su bulto comenzaba a crecer muy cerca de mi rostro, yo estaba sudando de nervios, porque cuando un amigo heterosexual te confía sus partes íntimas, no se sabe qué esperar. Le dije que necesitaba retirarle el pantalón, comencé a soltar su cinturón café, lo desabroché con mucha facilidad y experiencia, bajé su cierre, retiré todo y directo al piso.

Yo seguía evaluando su pierna, ese trozo de pierna que parecía un trompo de res, jugosa, definida, gruesa y con el porte necesario para mis enormes manos, mientras tocaba, veía por el rabillo del ojo su pack, un bulto rara vez visto, muy bien colocado en su bóxer del lado derecho, a medida yo frotaba, su pene humedecía, crecía, palpitaba, yo frotaba y su miembro continuaba.

Llegó un momento en que no pude más, comencé a aproximarme a él, trataba de tocarlo con mi dedo medio y más despertaba, bajé de un tirón su ropa interior, solo escuché un suspiro profundo y quedamos frente a frente, él y yo, un miembro recto de unos 20 cm aproximadamente, grueso y que se elevaba de arriba a abajo con un movimiento oscilatorio que proyectaba una energía fascinante, un aroma increíble y lo mejor, su carnosidad, nos vimos muy fijamente, ese maravilloso glande y yo.

Una tensión sexual por unos 5 segundos, cuando de repente Edward soltó un gemido que estremeció la habitación y una blanca esperma salió disparada directamente desde sus testículos hasta mi rostro, de inmediato cerré los ojos y recibí su abundante energía con todo el placer del mundo, terminó sin tocarlo pero yo necesitaba sentirlo, lo tomé con delicadeza y lo froté como quien frota una lámpara mágica, escupió tres veces mas y lo guardó. Me dio su ropa y el masaje inició.

Atte. Mateo

RELATO 0002 | TEMPORADA II

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